que dice el ciego con sus manos cuando en el aire dibuja un deseo entretejido de brillos lunares?
mantra inconsciente
déjate ingrávido llevar por las olas
borra la noche que el pasado dibuja en tus ojos
quizás encuentres el camino de vuelta a casa
una marea de pájaros elevándose
como si quisieran besar la luna oculta
ríos lamiendo el alma de la tierra
incendios de agua apagando el tiempo
bella, inmensa
quiero oírte
más
Siempre
M sale de su fase y te trae de vuelta
cerca del fin de nuestras revoluciones
toca renacer al color
noches claras de Luna
en mi día
en tu día
hierba creciendo en la orilla
no por que quieran ser cielo
se niegan las flores a marchitarse
las lágrimas con que las regamos
llevan la sangre de nuestro sueño
day after day
Esta carne que tú has amado es frágil,
inestable por naturaleza como un barco a la deriva...
Mi corazón fulgura con esta agonía.
¿Entiendes?
Mi vida se apaga.
¿Entiendes?
Mi vida.
La corriente y la niebla me arrastran
y desaparezco...
Antes de que la nieve
que cae en copos vertiginosos
se hiele en la orilla,
me habré disuelto en el aire
Rexroth/Murasaki
encuentras un segundo que perdiste cuando eras pequeña, debajo de un recuerdo, sosteniéndolo en el cuenco de tus manos le preguntas por todas las canciones olvidadas... solo te da una respuesta: siente el agua correr por tu boca, cuando es noche la vida y deseo el silencio...
aún no es lunes, aún no me despiertes
Me faltas tanto que me duele hasta el aliento
Me desgarran las horas vacías
Mírame
Soy un desnivel
Un recuerdo borrado
Una nota que no esta en tu escala
Y yo que había de morir por ti
Ahora vivo por nada
La indiferencia es una espada que llevo atravesada
En todas mis noches
Ahora
Mis pies no me obedecen
Y mis manos son de piedra
Las abejas se entretienen destrozando mi cadáver
Solo el viento es real
Ahora
now by the corner of my eye I'm checking the mirrors upside
but they don't seem to give reflections of what there is behind
cuando despierte mi ocaso
se apagarán los tambores
callarán las sirenas
el silencio me dará la mano
seré el diamante en la boca del león
seré el cordero que desgarra los mares
tendrás que gritar con tu sombra
morderme el alma, quemarme
correran ríos de locura por mi sangre
y en tu aliento la noche hará su nido
profundo como el corazón de un árbol
me arrancaré la piel
mirándote
mudo
y roto
moriré soñando
desde montañas gemelas
perfectas como los pechos de dios
desciende un río con nuestro nombre
incomparable tortura su belleza
sus aguas color invierno
heladas hasta la muerte
Despégate del tiempo - no existe
Se diluye / te diluyes
La puerta en silencio
Pasa el viento sin tocarte, apenas murmura
No le des cuerda a la nada (abandónala)
Se cuerdo, re-cuerdo, revive
En las horas que esto late
(es donde naces una y otra vez)
ella eres tu
vendrá
tiene miedo
si
Un buen velo dice:
"No nos han presentado debidamente"
Eres el premio oculto tras la puerta número tres.
Eres la dama o el tigre.
En nuestro mundo, donde ya nadie guarda secretos, un buen velo dice:
"Gracias por no compartir"
-No te preocupes, otros rellenarán los espacios en blanco.
Lo mismo que hacen con Dios.
C. Palahniuk
Necesito una música que fluya
a través de las yemas de mis dedos
inquietas, sensitivas; por mis labios
temblorosos, manchados de amargor,
con honda melodía, clara, lenta
como el fluir de un líquido. ¡Ah, el mecerse
salutífero, antiguo, sí, y grave,
como una canción que se les canta
a los que han muerto, fatigados, para
que puedan descansar, una canción
que caiga como agua en mi cabeza
y mis extremidades, como un sueño
que a causa de un rubor resplandeciera.
La melodía obra cierta magia:
un hechizo de alivio, y calmo aliento,
y sosegado corazón, que se hunde,
entre colores que se van fundiendo,
hondo en la subacuática quietud
del mar, y flota para siempre en un
estanque que la luz reverdecida
de la luna ilumina al reflejarse,
en los brazos del ritmo y la modorra.
Elizabeth Bishop
la misma espada que nos bendice
corta la realidad en partes desiguales
sedienta de tu sonrisa espejada
entre los árboles se desdibuja la estrella de la muerte
nos comprendemos entre turbulencias
una mente nodriza deja caer flores del aire que sopla destellos de alma sobre la tierra húmeda donde nadamos sin alas
será que me encontré tu mano en una escalera sin destino
será que me empieza a picar la noche en los labios de no subir al árbol que plantamos con nuestros ojos de vengadores del pasado
hoy no se si mi ventana esta hecha de hielo
o es que mudando la piel
perdí la noción del color de las pupilas que me regalaste esa noche inventada por nuestros niños a veces enterrados
me quejo de mis pies cuando no me llevan hasta tu cama
y de tu olor que me abandona
cada vez que callas para guardarme entre los pliegues de tu carne muda
me dejas sentado mirándote y ya no te desnudas
solo reinventas los pasajes del libro de los sueños que no fueron
mientras en la morada eterna las sabanas se convierten en trapos
y los corderos que esperan por nosotros
se bañan en el sudor de la ausencia
diminutas son las caras del dolor cuando no las vemos
y en nuestro estomago un hueco de luz
suspiros de mitad cansada
rocío de la mañana
mojando las mangas
con la pìel seca de besos
grito en sueños nombres antiguos
me nada el mar
me muerde el tiempo
hay un pájaro prisionero
en la cárcel de mis huesos
lo que no está escrito
lo que me rompe
lo que me desmigaja
lo que hierve en la nieve
es la espuma de la marea de mi alma
una luciérnaga entre los árboles
luz verde a la soledad
-que sueñes con los angelitos-
me desea una niña de nieve
un cielo de torres blancas
acalla todas mis preguntas
llegará el momento precipicio
atrás quedará el universo
delante justo nada
estás apunto de empujarme
sin saberlo
o lo sabes?
la mañana se levanta conmigo
sin disfraces me confirma
que el sol no se equivoca
mis flores siguen creciendo libres
porque no son mías
entras por las noches a mi cueva
con una flor en la boca
el contorno de tus labios en el aire
una tormenta de calma
me dices cosas que nunca recuerdo
paredes de papel rasgadas
se apagan las inquietudes
bebiendo tus besos de agua
la certeza de una nada pequeña
como muecas tenues en el espejo
río inmóvil
ábreme la puerta
