llega la noche descalza y muda a mi última puerta
una muralla hecha de piedras que hablan
me mira quieta
majestuosa
cuenta con canciones todos sus latidos
y yo
quizás no esté aquí
porque
no entiendo
su ritmo
se cuelan las lágrimas por el norte de la tarde
en mis ojos,
guardo el candor de los mares serenos de octubre
y octubre volverá
anunciando noviembre
y yo
no sé donde tengo el alma
se extravió en uno de mis bosques
mientras miraba al sudeste